Es un fenómeno natural comunicativo. Es una reacción psicofisiológica que se manifiesta de forma externa por medio de vocalizaciones repetitivas (ja ja ja o je je je) acompañada de una expresión facial reconocible y con algunos movimientos corporales (hombros, espalda, manos y otros dependiendo de la intensidad).

Sólo en una carcajada continua se activan la casi totalidad de los cuatrocientos músculos que hay en nuestro rostro. El gesto de la sonrisa genera, por reacción, un estímulo eléctrico sobre los filetes nerviosos que inervan los músculos que intervienen en ella y son los nervios sensitivos los que lo conducen al cerebro. Este impulso llega hasta el sistema límbico donde es recibido por la glándula hipófisis o pituitaria. Se libera la hormona llamada endorfina que es un compuesto bioquímico, en muchas ocasiones, más poderoso que la morfina, es decir, es un potente analgésico bioquímico capaz de aliviar el dolor y, por consiguiente, prevenir enfermedades.

Por lo expuesto, sólo nos queda decirles: ¡Ríanse carajo!